martes, 14 de junio de 2011

RENE DESCARTES

BIOGRAFIA

Nació el 31 de marzo de 1596 en la Haye, era hijo de un miembro de la baja nobleza. A los ocho años fue enviado al colegio “Jesuita de la Fleche” donde permaneció durante 10 años, después de terminar el colegio va a la universidad “Poitier”, donde se licenció en 1616.
En 1618 sigue la carrera militar, también sirvió a otros ejércitos pero él se centro en los problemas matemáticos y filosóficos a la que se dedicó el resto de su vida.
Comenzó sus investigaciones a partir de una certeza: “COGITO, ERGO SUM” (pienso, luego existo).

En Holanda publica su primera obra”ensayos filosóficos”, debido al invierno le da una neumonía por la que fallece en la capital sueca el 11 de febrero de 1650. 

PENSAMIENTO

Duda metódica:
Descartes se interesa de que el punto de partida sea una tesis verdadera, una verdad irrefutable de la cual pudieron derivarse las demás verdades. Nos decía que si el punto de partida era verdadera la conclusión también seria verdadera. Descartes para llegar a esta intuición indubitable ensaya la duda hiperbólica y la duda absoluta la cual consiste en dudar de todo, así al final encontramos que no se puede dudar de su propio pensamiento porque al dudar pensamos; mientras más dudemos de él, más lo afirmamos porque más pensamos. De esta verdad que es el pensamiento se deduce otro: la de su propia existencia “cogito, ergo sum” (pienso, luego existo) lo que nos lleva a una pregunta ¿Cómo podría pensar si no existiera?
 * * ( Con esta pregunta Descartes nos quiere decir que lo principal en la vida es pensar primero antes de actuar ante cualquier situación, evitando reaccionar impulsivamente, para evitarnos problemas, porque antes que todo debemos tener en cuenta que no lo sabemos todo y por ello hay que actuar cautelosamente en la vida diaria. ) * *

REGLAS DEL METODO
·       Dividir el problema en tantas partes hasta que se nos sea entendible
·       Ir de lo simple a lo complejo
·       Revisar todos los datos del problema para ver si hemos omitido algo
·       Aceptar como verdadero solo aquello que se imponga con evidencia




martes, 19 de abril de 2011

SOCRATES: VIDEO

BIOGRAFIA DEL GRAN FILOSOFO: SOCRATES

Filósofo griego. Hijo de una comadrona, Faenarete, y de un escultor, Sofronisco, emparentado con Arístides el Justo.

Sócrates se casó, a una edad algo avanzada, con Xantipa, quien le dio dos hijas y un hijo. Cierta tradición ha perpetuado el tópico de la esposa despectiva ante la actividad del marido y propensa a comportarse de una manera brutal y soez.


En cuanto a su apariencia, siempre se describe a Sócrates como un hombre rechoncho, con un vientre prominente, ojos saltones y labios gruesos, del mismo modo que se le atribuye también un aspecto desaliñado. Sócrates se habría dedicado a deambular por las plazas y los mercados de Atenas, donde tomaba a las gentes del común (mercaderes, campesinos o artesanos) como interlocutores para someterlas a largos interrogatorios.

Este comportamiento correspondía, sin embargo, a la esencia de su sistema de enseñanza, la mayéutica, que él comparaba al arte que ejerció su madre: se trataba de llevar a un interlocutor a alumbrar la verdad, a descubrirla por sí mismo como alojada ya en su alma, por medio de un diálogo en el que el filósofo proponía una serie de preguntas y oponía sus reparos a las respuestas recibidas, de modo que al final fuera posible reconocer si las opiniones iniciales de su interlocutor eran una apariencia engañosa o un verdadero conocimiento.
La cuestión moral del conocimiento del bien estuvo en el centro de las enseñanzas de Sócrates, con lo que imprimió un giro fundamental en la historia de la filosofía griega, al prescindir de las preocupaciones cosmológicas de sus predecesores. El primer paso para alcanzar el conocimiento, y por ende la virtud (pues conocer el bien y practicarlo era, para Sócrates, una misma cosa), consistía en la aceptación de la propia ignorancia.
Sin embargo, en los Diálogos de Platón resulta difícil distinguir cuál es la parte que corresponde al Sócrates histórico y cuál pertenece ya a la filosofía de su discípulo. No dejó doctrina escrita, ni tampoco se ausentó de Atenas (salvo para servir como soldado), contra la costumbre de no pocos filósofos de la época, y en especial de los sofistas, pese a lo cual fue considerado en su tiempo como uno de ellos.


Con su conducta, Sócrates se granjeó enemigos que, en el contexto de inestabilidad en que se hallaba Atenas tras las guerras del Peloponeso, acabaron por considerar que su amistad era peligrosa para aristócratas como sus discípulos Alcibíades o Critias; oficialmente acusado de impiedad y de corromper a la juventud, fue condenado a beber cicuta después de que, en su defensa, hubiera demostrado la inconsistencia de los cargos que se le imputaban. Según relata Platón en la apología que dejó de su maestro, éste pudo haber eludido la condena, gracias a los amigos que aún conservaba, pero prefirió acatarla y morir, pues como ciudadano se sentía obligado a cumplir la ley de la ciudad, aunque en en algún caso, como el suyo, fuera injusta. Peor habría sido la ausencia de ley.